25 abr 2012

En Indonesia: cruzando puentes y uniendo extremos





Selamat pagi semua orang!

Saludos desde Indonesia, país de incontables islas, miles de lenguas, culturas e identidades. Es increíble empezar a conocer la historia de esta confusa parte del mapa que se sitúa demasiado lejos como para incluirse en nuestras clases de historia del mundo. Poca relación ha tenido nunca con España, salvo por un breve intento de invasión en Maluku, las codiciadas islas de las especias, que se disputaron ingleses, portugueses, holandeses y españoles. España tuvo que conformarse con Filipinas, los fiesteros vecinos a los que debemos el mantón de manila, los abanicos, y a saber qué más.. Volviendo a Indonesia, este es el cuarto país más habitado del mundo. Java, es la isla donde se encuentra más de la mitad de la población del país y Yakarta, la capital, reúne a unos 16 millones de personas durante el día. Por la noche dicen que se reduce casi a la mitad, lo que provoca un macet (tráfico) interminable que la gente soporta con una sorprendente calma. Quien ha estado de paso en esta ciudad sólo notará la contaminación, el tráfico, el reto que supone usar transporte público o andar y la ausencia de espacios verdes... y todo ello es cierto. Sin embargo, por muy grande que sea, la gente sigue siendo increíblemente amistosa y honrada. A donde vayas, hay gente en la calle, charlando, vendiendo, riendo.. montarse en el tren económico, sin AC, con las puertas abiertas, todo roto y sucio, es mejor que irse a un centro comercial. Te venden desde comida y refrescos, hasta accesorios que no creía que pudiesen existir.. música, sonrisas.. eso sí, en hora punta es imposible. La vagones están a rebosar. La gente se sube al tejado pare evitar pagar, o simplemente para poder respirar.. y tienen que sortear los artilugios que el gobierno pone para evitar que se suban, y que puedan caerse... Y son del tipo: bolas de hierro colgando a la altura de sus cabezas, pinchos embadurnados en una sustancia maloliente hecha a base de excremento de ave, policías con pistolas de pintura para poder reconocerlos y perseguirlos... rebuscadas medidas incapaces de bloquear la creatividad y el ingenio de quien necesitan sortearlas.
 

Yo por mi parte, vivo en el centro de Yakarta. En el bello barrio de Menteng, zona de embajadas y antigua residencia de Obama. Y como corresponde a una ciudad de escandalosos contrastes, junto a las casas con jardines y sirvientes, hay kampungs, o lo que es lo mismo, barriadas sobrepopladas donde vive la gente con pocos recursos. Vivo en uno de los pocos puentes que cruzan esos dos mundos. En una casa donde conviven espacios solidarios con tradiciones perennes. La mayor parte de mi trabajo se centra en un proyecto que tienen en el kampung de Bonang, pero esa es una larga historia que dejo para otro día.

 
Caminando por una zona verde del Kampung

Os hablaré de Purwakarta, donde he estado estos últimos días en un proyecto de desarrollo comunitario de Nurani Dunia. Llevan varios años trabajando allí, desde que decidieron renovar una escuela que se caía a pedazos, se inundaba cada vez que llovía y donde 4 profesores enseñaban simultáneamente en varias clases para abarcar a más de 400 alumnoas. El pan de cada día en la mayor parte de Indonesia.
Sawah - Arrozales
Pues bien, tras la escuela, han construido bibliotecas, barcos para los profesores que tienen que cruzar el lago, han puesto ambulancias todoterreno, bibliotecas con energía solar en las zonas más remotas, han realizado programas de nutrición infantil, han creado un sistema de irrigación y suministro de agua potable... un proceso lento pero constructivo basado en la inclusión y participación de toda la comunidad. La participación está favorecida por una tradición de algunas zonas del país llamada gotong royon, que básicamente consiste en reunir a toda la comunidad y ponerse manos a la obra por un bien común. 

Mi tutor, como buen sociólogo, lo ve todo desde la óptica de las relaciones humanas, y con el fin de abrir la comunidad a influencias extranjeras, me propuso hacer de puente entre occidente y el Islam, ya que se trata de una zona muy conservadora. Así que feliz de campo me fui para allá una semana a poner a prueba mi lengua indonesia y la capacidad de la comunidad para incluirme o censurarme.
Algo muy curioso que tiene este país, es que su pasado colonial no les ha dejado amargura hacia los bules (blancos-occidentales) sino todo lo contrario, los admiran con agotadora devoción. La tradicional Purwakarta no es una excepción, sobre todo si eres bule musulmana. He podido trabajar los estereotipos, hacer tareas de motivación, apoyar a la profesora de inglés y entrevistar a gente sin problema alguno.
 

Todos muy formalitos pa la foto

Para contribuir a la contracooperación, diré que también he hecho algo de turismo. Estuve en Borobudur, templo budista y en Prambanan, templo hindú, ambos de los más grandes y antiguos que existen. Pero lo que más me sigue gustando es subir gunung (montaña o volcán, en indonesio se usa una sola palabra porque todas las montañas son volcanes), comer arroz todos los días en las 3 comidas, comer en la calle y no haber tenido que acordarme del post de Pedro en ningún momento, y enseñar a los niños de la calle debajo de un puente o al lado de las vías del tren sin más recursos que un bolígrafo, un folio y muchas sonrisas de niños y niñas felices de aprender. 

 

Os mando un abrazo enorme desde la distancia y espero con ansias ese encuentro en nuestra hermosa Granada

Sampai nanti,

Halima

Más fotos: http://www.flickr.com/photos/73361401@N02/?saved=1  
 


Por dónde andamos

Ver Cooperantes without borders en un mapa más grande